El apoyo psicológico con enfoque integrador combina herramientas de distintas corrientes como la cognitivo-conductual, la humanista, la psicodinámica y la sistémica, adaptándose a las necesidades de cada persona y momento del proceso.
Trabajo desde una mirada flexible, cercana y con perspectiva de género, teniendo en cuenta no solo la historia individual, sino también los vínculos y el contexto social y cultural en el que vivimos.